Defensa no se manifiesta por el fallo de los submarinos de 2.200 millones de euros
El Ministerio de Defensa español se abstiene de momento de hacer comentarios sobre el submarino S-80 que, diseñado como el más moderno del mundo y con un coste de 2.200 millones de euros, tiene un grave fallo: se sumerge, pero no puede emerger.
No habrá un comentario oficial hasta que haya un diagnóstico claro del problema del submarino, de su solución y de cómo afecta al calendario del programa, aseguró al diario español 'El Economista' un portavoz oficial de Defensa. Sin embargo el diario, haciendo referencia a fuentes expertas en el sector, detalla que este tipo de retrasos no es algo excepcional en los programas de lanzamiento y que la demora de la entrega del primer S-80 a la Armada española incluso beneficia a las arcas del Estado.
La explicación es muy simple. Hasta que no reciba la primera unidad, el pago de este submarino no computa como déficit. Con lo cual, se retrasaría uno o dos años un elevado importe que se sumará a la ya maltrecha contabilidad nacional. El programa tiene un coste total de 2.200 millones de euros y el primer prototipo supone un desembolso de más de 500 millones, importe que debería de computar como déficit en el momento de la entrega.
"Lo vergonzoso no es que el aparato en sí funcione o no funcione, es que un país como España esté sosteniendo un gasto militar totalmente innecesario y un ejército sobredimensionado", comentó a RT el profesor de Sociología de la Universidad Pompeu Fabra Albert Sales. Según cifras oficiales, el presupuesto de España para 2013 estipula 16.492 millones de euros para Defensa. "Estos 16.000 millones de euros probablemente podrían paliar muchos de los recortes en gastos sociales. No sé qué tipo de amenaza requiere un ejército sobredimensionado como el español", insiste, a su vez, Sales.
Actualmente existen cuatro submarinos de la serie S-80. Cada uno costó más de 500 millones de euros y cuenta con el sistema más moderno del mundo. La revisión efectuada por la compañía productora, Navantia, reveló que los S-80 tienen un exceso de peso de 100 toneladas, lo que condenará a cualquier nave a no poder emerger.
Ahora los diseñadores tienen dos opciones: adelgazar los submarinos o alargarlos para compensar el exceso de peso. La segunda solución parece ser la más factible, pero va a requerir rediseñar por completo el submarino. Se estima que esto retrasará la entrega de los buques entre 1 y 2 años y que cada metro de submarino que se agregue va a costar 7,5 millones de euros.
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