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lunes, 17 de junio de 2013

Nuestra Señora de Atocha y Santa Margarita




El 15 de junio de 1988 fueron subastados en la galería Christie's de Nueva York parte de los tesoros que transportaban los galeones españoles Nuestra Señora de Atocha y Santa Margarita, que naufragaron el 4 de septiembre de 1622 frente a las costas de Florida.

Ambos navíos se integraban en una gran flota española que emprendía su regreso a España desde La Habana, llevando grandes riquezas para la Corona, como se hacía cada año por dichas fechas. Pero esa vez se retrasó la partida y se cumplió el riesgo de coincidir con el inicio de la época de huracanes en el Caribe. Naufragaron ocho buques y, durante décadas, equipos españoles trataron de recuperar los tesoros perdidos, infructuosamente.

En los años sesenta del pasado siglo, el norteamericano Mel Fisher, que ya había hallado otros barcos hundidos, encontró el rastro del Atocha a través de sus investigaciones en el Archivo de Indias de Sevilla, por lo que creó una empresa de rescate e invirtió mucho dinero en toda clase de medios de última tecnología. Al final le sonrió el éxito y encontró buena parte de los tesoros, así como astrolabios y otros instrumentos de navegación.

La familia Fisher tiene un museo en Florida donde se expone mucho material recuperado y venden en una tienda monedas de oro y plata. Todavía hoy siguen ostentando los derechos sobre el Atocha y continúan investigando y buceando para buscar lo que aún está enterrado bajo arena y decenas de metros de agua.

Lo subastado en Nueva York hace 25 años fue una pequeña parte de las 400 toneladas de joyas y monedas de oro y plata del Atocha y el Margarita. El Ministerio de Cultura español pujo por algunas de las piezas más valiosas, destinadas al Museo de América de Madrid.

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