El Gobierno asegura que dará el "uso más eficiente y rentable" al yate cedido por el Rey Juan Carlos I
Técnicos del 'charter' dicen que el mercado náutico está como el inmobiliario: no se compra ni vende nada
El yate, que costó unos 18 millones de euros, no se vendería hoy por más de millón y medio, según Nautocasión
41 metros de eslora, cuatro camarotes dobles, más cocina, baño, comedor y un par de dependencias para la tripulación, velocidad máxima de 130 kilómetros por hora pero 12 años de antigüedad. ElFortuna fue en su día, cuando en 2001 un grupo de empresarios agrupados en la Fundación Turística de Baleares se lo regaló al Rey, una de las más modernas y rápidas embarcaciones del mundo. Hoy –según los expertos consultados por Zoomnews- el yate que Don Juan Carlos ha cedido al Estado es “un problema”.
En primer lugar, aseguran los profesionales del sector, “porque no se puede vender”. Según varios técnicos del ‘charter’ (la compra-venta de embarcaciones) “el mercado náutico atraviesa una crisis similar a la que padece el mercado inmobiliario. Ni se compra, ni se vende nada, y los precios están por los suelos”.
Según 'Nautocasión', elFortuna, que costó 18 millones de euros, “no se podría vender por más de millón y medio”
El director de la revista Nautiocasión,Guillermo Payán, suma a eso otro problema. “El yate del Rey es un one off, una embarcación fabricada exprofeso que, en este momento, sólo podría venderse a través de un bróker de lujo y en un mercado muy limitado”. Payán, uno de los participantes del último Salón Náutico celebrado a principios de mes en Palma de Mallorca, explica que “los precios, en aquella feria, para las embarcaciones de segunda mano de un tamaño máximo de 25 metros de eslora, no superaron los 600.000 euros”. Echando cuentas –concluye el especialista- el yate del monarca “no se podría vender por mucho más de millón y medio”. Su fabricación, en los astilleros gaditanos de La Bazán, costó unos 18 millones de euros.
25.000 euros, el depósito de carburante lleno
El Fortuna ahora duerme en dique seco en la base naval de Puerto Pi, en Palma de Mallorca, donde su mantenimiento no supone, “si no se producen averías, más de 12.000 euros al año, el coste del antifoulingpara evitar algas en el casco”. Pero, según Payán, si en lugar de descansar en un hangar de la Armada, lo hiciera en una plaza civil del Puerto tendría que pagar cerca de 300.000 euros cada año. “Salir a mar abierto –concluye- supondría un consumo mínimo de carburante en torno a los 100 litros la hora” y llenar el depósito de la embarcación cuesta unos 25.000 euros.
La última vez que el Rey lo utilizó fue en agosto de 2012, cuando salió a navegar con su tripulación. Los técnicos de mantenimiento habían aconsejado mover el yate porque llevaba mucho tiempo sin mover el barco.
El Gobierno buscará el uso “más eficiente y rentable” del yate, según Soraya Sáenz de Santamaría
Con esas cifras, ¿es el Fortuna un regalo o un problema para el Estado? En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno fue ayer interrogada sobre el futuro del barco.Soraya Sáenz de Santamaría garantizaba que el Ejecutivo tratará de buscar al yate el uso “más eficiente y rentable”... y pocos datos más.
Una vez que el la Casa del Rey pidió a Patrimonio Nacional que pusiera en marcha los trámites para la desafección de la embarcación, el expediente queda en manos del Ministerio de Presidencia del que depende este organismo. Después, el Fortuna pasará a formar parte de los bienes de Patrimonio del Estado y será entonces cuando el Consejo de Ministros tendrá que decidir con este –dicen los técnicos consultados- “trasto de alto standing… pero trasto”
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