La fragata F-105, la más moderna de la Armada española, se estrenará en el escenario internacional en el océano Índico al mando de la flota permanente de la Alianza Atlántica SNMG-2, una fuerza naval que ya tiene al frente a la F-103. Dentro de cuatro meses la Blas de Lezo será sustituida para el mismo cometido por la F-101 y, finalmente, por la F-105.
Desde la Armada se ha informado de que el operativo se ha dividido en dos etapas. Hasta que culmine este 2013, la F-103, primero, y la F-101, después, se integrarán en aguas del Mediterráneo dentro del operativo Active Endeavour para labores antiterroristas.
El primer semestre del 2014 la SNMG-2 cambiará de escenario y pasará a luchar contra la piratería en el Índico.
Ahí, primero, será la F-101 la que ejerza de buque de mando. Luego le tocará el turno a la Cristóbal Colón, en lo que será su primera misión de calado. Cabe recordar que la fragata todavía no ha sido dado de alta de manera definitiva para la Armada a pesar de que fue entregada de manera provisional por Navantia a finales de octubre del pasado ejercicio.
Ocean Shield
La SNMG-2, con la F-105 al frente, entrará, en concreto, en el operativo denominado Ocean Shield, diferente a la misión Atalanta, de la Unión Europea, aunque coordinada con ella y con un mismo objetivo.
Tal y como apunta la propia Alianza Atlántica, con este operativo «la OTAN ha estado ayudando a impedir y desbaratar los ataques piratas, al tiempo que protege los mercantes y ayuda a aumentar el nivel general de seguridad en la región desde 2008».
Su papel es «proporcionar escoltas navales y la disuasión, al tiempo que aumenta la cooperación con otras operaciones contra la piratería en la zona con el fin de optimizar los esfuerzos y hacer frente a las tendencias y tácticas piratas en evolución. En marzo de 2012, el Consejo del Atlántico Norte amplió esta operación hasta finales de 2014. La OTAN está llevando a cabo actividades de lucha contra la piratería «en plena complementariedad con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU».